UNA DE LAS GRANDES CLÁSICAS DE RIGLOS

Urko Carmona, amputado de pierna, escala la Rabadá-Navarro al Mallo Firé

Encordado con Alfredo García completa en libre una de las grandes escaladas clásicas de nuestro país, a uno de los Mallos de Riglos que le faltaban. La casualidad hizo que la escalara el mismo día que en 1961, hace 56 años, Rabadá y Navarro alcanzaban su cima tras cuatro días de escalada.

Urko Carmona durante su escalada a la Rabadá-Navarro del Mallo Firé (Mallos de Riglos).  (© Darío Rodríguez/DESNIVEL)
Urko Carmona durante su escalada a la Rabadá-Navarro del Mallo Firé (Mallos de Riglos).
Darío Rodríguez | 5 comentarios |

Hablábamos a finales de agosto con Urko Carmona y nos adelantaba que tenía ganas de vía larga. “Quisiera hacer alguna vía larga antes de que llegue el invierno con Alfredo García”, apuntaba… Y no ha tardado demasiado en hacerlo realidad. El pasado lunes 16 de octubre anunciaba en sus redes sociales: “¡Rabadá-Navarro al Fire! Un sueño hecho realidad. Gracias a mi panita Alfredo por empujarme a sacar lo mejor de mí mismo y acompañarme en esta aventura”.

El más famoso paraescalador español, sin dejarse vencer por su pierna amputada, ha conseguido escalar en libre uno de los últimos Mallos de Riglos que le quedaban, el Mallo Firé. Lo ha hecho por la ruta que terminaron de abrir Alberto Rabadá y Ernesto Navarro precisamente, también, un 16 de octubre de hace 56 años, en 1961. A Rabadá y Navarro aquella primera ascension del espolón sur del Mallo Firé les llevó cuatro días de escalada (12 al 16 de octubre de 1961) trazando una ruta mítica, totalmente adelantada para la época, que tardaría cinco años en ser repetida. Y lo sería por una cordada fortísima: la formada por Ursi Abajo y Jesús Ibarzo.

La Rabadá- Navarro al Fire no es una ruta más en una libreta, la de Urko Carmona, que no deja de crecer, tanto en vía larga como en deportiva y competició pues es un itinerario cargado de historia que ha sido muy importante en la historia de la escalada en España.

Aunque en las últimas pruebas internacionales no ha conseguido los resultados acostumbrados, vale la pena recordar que el pasado mes de mayo encadenó la vía más dura que ha hecho en su vida con Mal de amores 8a+ en Rodellar. Durante el mes de julio, participó en un par de pruebas internacionales de escalada en Austria y Francia, y obtuvo en Briançon su octava victoria en una competición de paraescalada de la IFSC (Urko ha ganado dos Campeonatos del Mundo en 2012 y 2013, una prueba de la Copa del Mundo de Búlder 2013 y cuatro de la Copa del Mundo de Dificultad en 2015, 2016 y 2017). Y en agosto, lo redondeó con su primer 7c+ a vista, Jalavi en Cantabria.

Urko Carmona, de todos modos, no le hace mucho caso a los logros y los récords: “Voy escalando todo lo que puedo, viviendo todo lo que puedo y a ver qué me depara el mañana”, asegura. Hablamos con él para que nos cuente los detalles de su paso por Riglos.

«Escalar la Rabadá-Navarro al Mallo Firé ha sido una gran experiencia»

Es una vía cargada de historia… ¿cómo fue la escalada de la Rabadá-Navarro?
Como bien dices, es una vía histórica y la verdad es que tenía muchísimas ganas de hacer una vía así, con un poco más de compromiso, con un equipamiento más escaso. Aunque está un poco equipada y se puede encontrar algún parabolt. Los pasos más duros intentando forzarlos en libre si se puede… Una gran experiencia. También en cuanto a «navegación», por dónde tirar, intuir el camino más sencillo en la vía… Eso es lo que tenía más complejo. Y después, evidentemente, te encuentras largos más sencillos de grado pero realmente más expuestos: igual puedes meter un friend pequeñito, pero si no tienes 9-10 metros sin seguro. Es una gozada. Sobre todo por haberla podido hacer con mi compañero Alfredo, con quien empecé a hacer vías largas en Alicante. La verdad que un disfrute y, también, una buena lucha.

Entramos a la vía un poco más tarde, detrás de una cordada que había delante y nos hizo un poco de calor en los últimos largos. El último largo lo tuve que hacer descalzo, porque ya no aguantaba el pie de gato.

¿Cómo os organizasteis? ¿Fuisteis de primero a largos?
Turnándonos, como mandan los cánones de la tapia. Cada uno un largo y para arriba.

« Lo más complicado para mí fueron algunos largos sencillos, como una travesía de Vº»

¿Qué ha sido para ti lo más difícil de esta vía? Porque sin una pierna habrá tramos que te costarán más que a los «bípedos» (como nos llamas tu)….
Así es, lo más complicado fueron algunos largos sencillos, como una travesía de Vº en la que con dos piernas escalas sin problemas pero yo me veía abrazando los bolos y me decía “esto no puede ser”. En travesía tengo que ir pegando saltos, abrazándome a los bolos y sobre todo bastante agachado… sobre todo había un pasito en que no había nada a lo que agarrarse, que era en compresión con un poco de desplome.

Y además, al ir en travesía…
Claro, como vas en travesía, imagínate: tienes un péndulo, que a veces es un poco más grande… Pero bueno, al final la liberamos toda y fue una gozada. Algunos largos sí que eran bastante más comprometidos.

¿Qué grado le das en libre?
6b o 6b+. .

«Me gusta mucho escalar vías largas en Riglos, sobretodo en La Visera»

¿Te fue muy difícil, sin una pierna, la aproximación a la vía y el descenso?
El acceso, de los más cómodos. Porque luego estuve en la Directa Osborne en Cienfuens… Pero el acceso en Riglos, un lujo en comparación con otras vías largas. El descenso sí que es un poco más enrevesado, entre los rápeles y todo, pero bien. Para mí, Riglos es de los sitios donde más me lo gozo en vía larga, porque las aproximaciones son las más cómodas que hay, dentro de lo que cabe.

¿Has hecho muchas rutas largas en Riglos?
Sí que he hecho unas cuantas. La primera vía que hice fue El Puro, de pequeño, antes de tener el accidente. Y luego, año tras año, he ido haciendo algunas otras, y aún me quedan muchas. Me gusta escalar sobre todo en la Visera, donde he hecho tres o cuatro vías. La cima que me faltaba por subir, y por eso le tenía tantas ganas, era el Firé. Siempre la veía un poco más comprometida y también necesitar ir un poco más cargado de material. Este año, por fin, me ha patrocinado Totem y tengo un juego de friends con el que me veo muchísimo más seguro para poder meterme en estos sitios.

A ti, al final, ¿qué te va mejor?: ¿Una Visera que es bastante complicada y difícil o el Firé?
El Firé también es bastante vertical y me ha gustado bastante, pero en la Visera realmente es la escalada que más me gusta: desplomada, atlética…

¿La falta de la pierna se nota menos sobre un terreno tan desplomado como la Visera?
Sí, evidentemente.

«Unos días más tarde, también escalamos la Directa Osborne de Cienfuens, muy guapa»

¿Y dices que luego has estado en Cienfuens?
Sí, en la Sierra de Guara. Y allí sí que había unas buenas planchas y unas buenas paredes verticales. Ahí sí que la cosa era bastante más técnica, con largos muy limpios de más de 40 metros sin seguros o con un clavo… una vía muy guapa, la Directa Osborne, de Armand Ballart, David Brascó y Luichy. Una gozada de vía, sobre todo por el entorno, muy bonito. Pero claro, en Riglos hay carretera al lado y Cienfuens está por ahí perdido de la mano de dios. Estás mucho más tranquilo.

¿Cuánto tuvisteis que andar hasta pie de pared?
No sé, eran dos o tres kilómetros… Me pegué una buena paliza, acabé con las manos y los brazos bastante cansado por las muletas. Además, el día anterior habíamos estado en Riglos, con lo que ya sabes: madrugón tras madrugón, uno se va cansando bastante.

¿Qué tardasteis en la Rabadá-Navarro?
Unas 6 horas. Íbamos tranquilos. Y algún largo tuvimos que retomarlo, porque ya veíamos que nos perdíamos. Pero bueno, es una actividad que entre que subes, te preparas, escalas, los rápeles… nos tiramos el día entero.

¿Cómo situarías estas vías en comparación con otras vías de pared que hayas hecho?
Es totalmente diferente. Bueno, es que Riglos ya lo es. Generalmente, cuando haces vías largas por ahí te encuentras caliza y en los Mallos siempre tienes esa peculiaridad de la roca. También para protegerte ya ves que hay menos opciones, con largos en las que tienes que tirar sin casi ningún seguro, porque te cuesta más de equipar, porque no hay posibilidades de meter nada… Y normalmente se te hace más laboriosa: o vas muy fuerte y a tiro hecho poniendo pocos seguros, o si quieres ir un poco sobre seguro te lo tienes que trabajar bastante.

Por lo demás, ¿cómo ha sido el verano? Has tenido también competiciones…
Sí, después de Briançon, estuve en un par de competiciones en Inglaterra, pero lo cierto es que me encontraba con sobrecargas y cansado después del verano y no han salido tan bien. Para los cortes de las finales, pusieron unas vías de clasificatoria muy complicadas para mí, con placas, mientras que yo estoy más acostumbrado a los desplomes. Además, la gente que escala con prótesis, ahí tiene un poco más de ventaja [Urko escala sin ella]. Ahora a ver si vamos a la última competición en diciembre. Aunque buena sensación, sobre todo por mis compañeros Albert e Iván, que han estado entrenando duro y han conseguido subirse al podium. Yo me he dedicado más a la roca, que es lo que me gusta.

 

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