No era un séquito de Reyes Magos despistados sino un grupo de peregrinos de Tudela que eligieron este inusual medio de transporte para llegar a Santiago. La comitiva, formada por ocho camellos y dromedarios, media docena de caballos, y treinta personas, salió de Tudela de Duero (Valladolid) el 8 de enero y tiene previsto llegar a Santiago el domingo 24. Cada día han cubierto entre 35 y 40 kilómetros.
Pero lo peor no han sido las distancias, sino las bajísimas temperaturas y las fuertes nevadas a las que se han tenido que enfrentar. El puerto de Cebreiro, por ejemplo, lo atravesaron con 40 cm de nieve.
Como es natural, el grupo ha levantado una gran expectación por los pueblos que ha pasado, y en las grandes ciudades ha sido necesario el auxilio de la policía municipal para evitar conflictos con los automovilistas que «provocaban atascos al pararse en plena calle para hacernos fotografías», según cuenta Javier García Álvarez, autor de la idea y dueño de los animales que se han utilizado.
Desde Santiago de Compostela los animales regresarán en camión a Tudela donde Javier dirige el centro Ecuestre Centauro. Después de esta singular peregrinación, no sabemos si el Obispado de Santiago añadirá una nueva modalidad de peregrinación con derecho a Compostela que hoy sólo reconoce la marcha a pie, la bicicleta y el caballo.