NOCIONES BÁSICAS

¿Es útil que los jóvenes aprendan primeros auxilios?

Es una pregunta retórica, puesto que es evidente que cualquiera que salga habitualmente a la montaña ha de conocer los primeros auxilios básicos. En este artículo, a cargo de las áreas de Salud y de Juventud de la FEDME, se exponen las principales nociones que todo joven que realiza actividades en el medio natural debería saber.

Jóvenes practicando primeros auxilios. Foto: FEDME.
Jóvenes practicando primeros auxilios. Foto: FEDME.
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Las actividades en el medio natural como el senderismo, el esquí, la BTT y la escalada pueden ayudar a nuestros hijos e hijas a fomentar aspectos como la creatividad, la independencia, la autoestima, la resiliencia y la salud mental y física, pero también tienen unos riesgos inherentes. Conforme más tiempo pasemos al aire libre, incluso aun siendo cuidadosos, es más probable que ocurran accidentes. En ese caso, queremos que los jóvenes estén lo más preparados posible para cuidar de sí mismos y de los demás.

Las lesiones y la atención sanitaria pueden ser intimidantes para muchas personas, pero no tiene por qué ser así. Con un poco de conocimiento, preparación y previsión, podemos preparar a los jóvenes para manejar los conceptos básicos de primeros auxilios. Estas aptitudes son una de las habilidades más valiosas que una persona puede poseer.

Desde las Áreas de Salud y FEDMEJoven nos hemos marcado el objetivo de que los jóvenes comiencen a aprender estas valiosas habilidades para poder hacer frente a lesiones frecuentes, incluso para poder salvar vidas.

Durante el Campamento de responsables juveniles FEDME celebrado el verano pasado, se impartió formación a los jóvenes sobre los conocimientos y habilidades necesarias para llevar a cabo primeros auxilios básicos. Esta formación ofreció a los jóvenes la oportunidad de experimentar de primera mano cómo mantener la calma, pensar con claridad, trabajar en equipo, y tomar buenas decisiones cuando se está involucrado en un accidente en el medio natural, y que no exista, como es habitual, una atención sanitaria disponible de inmediato.

Se trataron temas como; la prevención de problemas frecuentes de salud en el medio natural, el manejo de lesiones graves y leves, la protección frente a las inclemencias del medio ambiente y el contenido del botiquín de primeros auxilios apto para menores. Se incluyeron aquellas habilidades que se consideraron útiles para que los niños y niñas dominen las técnicas de los primeros auxilios en el medio natural.

En este artículo os presentamos unas nociones de primeros auxilios que han aprendido estos estos días y que todo joven que realiza actividades en el medio natural debería saber.

Jóvenes practicando primeros auxilios. Foto: FEDME.
Jóvenes practicando primeros auxilios. Foto: FEDME.

1.- Valoración inicial del accidente

Lo primero: no entrar en pánico. En un accidente lo primero es lo primero, y esto debe ser mantener la calma. Si entramos en pánico, pueden resultar heridas más personas. Sabemos que es más fácil decirlo que hacerlo, pero con un poco de preparación y conocimientos, es posible.

Ante cualquier accidente, es muy importante evaluar la situación. Si esta es dramática, debemos, lo primero, contar hasta tres antes de actuar. “Uno, dos tres… Y ACTUAMOS”. Esto nos dará el tiempo suficiente para que el cerebro evalúe lo que debe hacerse y reduzca los errores. Valoraremos los peligros de la zona del accidente de una manera personal y continua, el mecanismo lesional del accidentado y los recursos de que disponemos. Durante este tiempo, es útil realizar respiraciones tácticas o profundas que puede tener un efecto relajante en nuestro cuerpo.

Después de evaluar la escena del accidente, el objetivo es identificar y tratar cualquier amenaza inmediata para la vida. Si se descubre una amenaza, intentaremos resolverla rápidamente. Las amenazas que pueden causar la muerte son: la obstrucción de una vía aérea; respiración inadecuada o ausente; la pérdida de una circulación adecuada porque el corazón se ha parado o la víctima sufre una hemorragia interna o externa grave; daño en la médula espinal; o por inclemencias meteorológicas extremas. Esta búsqueda se realizará mediante la metodología C-ABCDE observando y realizando preguntas a la víctima, pero cuando la víctima no pueda responder requerirá la valoración y conocimientos en reanimación cardiopulmonar.

2.- Enseñar a tratar hemorragias graves y cuidar raspaduras y cortes

Las raspaduras y cortes son algunas de las lesiones más comunes en jóvenes. La mayoría de los casos serán leves y lavarlos con agua a presión y mantenerlos limpios ayudarán en la curación.

Hemorragia grave: Deberemos mantener la calma y evaluar la situación. Si hay un sangrado importante, solicitaremos ayuda de inmediato y aplicaremos presión directa en el área para detener el sangrado. La presión directa detendrá la mayoría de las hemorragias; sin embargo, en casos de sangrado severo, el control de la pérdida de sangre es tan importante que puede ser más apropiado utilizar un enfoque de «torniquete primero» para evitar el shock por pérdida excesiva de sangre. Siempre que sea posible, se debe utilizar un torniquete comercial aprobado por militares. Si no se dispone de un torniquete comercial, se debe utilizar un torniquete improvisado. Para improvisar un torniquete, ataremos algún material suave (por ejemplo, una manta térmica) de aproximadamente 5 centímetros de ancho alrededor de la extremidad y aproximadamente 5 centímetros por encima de la herida. No usar elementos finos como cuerdas, correas estrechas como torniquetes. Ataremos un palo corto u otro objeto rígido al material para crear un molinillo y apretaremos girando el molinete hasta que se detenga el sangrado, y no más. Después de que el molinete ha sido adecuadamente apretado, lo fijamos a la extremidad para que no se suelte.

Cura de heridas: Si la lesión no es importante, la presionamos (generalmente solo unos minutos) para detener el sangrado y permitir que el cuerpo forme un coágulo. La limpieza, el cierre y el vendaje adecuados de la herida evitarán la mayoría de las infecciones. La limpieza también acelera la cicatrización y reduce las cicatrices. Comenzaremos por lavarnos las manos y ponernos guantes protectores. Limpiaremos el área con agua y jabón. Si necesitamos limpiar mejor la herida usaremos agua estéril o al menos potable a presión. Utilizaremos por ejemplo con una jeringuilla, sosteniéndola aproximadamente 3 centímetros por encima de la herida y perpendicular a la herida, y empuje con fuerza el émbolo. Mantenga la herida inclinada para que el agua se valla. Sin se dispone de una jeringa, se puede improvisar usando un botellín de ciclismo, derritiendo un pequeño agujero en el centro del tapón de una botella de agua estándar, o haciendo un pequeño agujero en una bolsa de plástico limpia. Limpiaremos con una gasa impregnada de clorhexidina alrededor de la herida y dejaremos secar.

Las heridas sucias grandes, las heridas que exponen huesos, tendones o ligamentos, y las heridas causadas por mordeduras de animales deben dejarse en abierto. Son difíciles de limpiar lo suficientemente bien como para prevenir infecciones. Después de la irrigación, cubriremos estas heridas con una gasa estéril.

Aplicación de puntos de papel o SteriStrip: Si hay una laceración que es profunda y no deja de sangrar después de aplicar presión, puede ser necesario un SteriStrip.

Pasos para aplicar un SteriStrip:

  • Abrir SteriStrip, medir la longitud del corte y cortar el número adecuado de tiras que coincidan con la longitud de la herida.
  • Retirar la protección de un lado de SteriStrip y aplicar el adhesivo a un lado del corte.
  • Cuando el adhesivo se haya adherido a la piel, tirar del otro lado de las tiras Steristrip a través de la laceración (esto cerrará la herida).
  • Retirar la parte posterior y presione para adherir el otro lado a la piel.

Quemaduras superficiales: La prevención de quemaduras es algo que vale la pena enseñar a los niños. Algunos conceptos básicos de prevención de quemaduras son:

Cuando vertamos líquidos calientes, colocar la taza o el tazón sobre una superficie dura y estable para reducir el riesgo de volcar el líquido. Debemos evitar caminar alrededor de fuegos y estufas, y no correr ni saltar cerca del fuego. Nunca tocaremos elementos utilizados para cocinar sin un agarrador (podrían estar calientes). Especial cuidado con artículos básicos (ya veces de aspecto inocuo) que pueden causar quemaduras, como los hornillos pequeños. Hay elementos metálicos que se calientan rápidamente y pueden causar quemaduras.

Una quemadura es esencialmente tu carne que comienza a cocinarse y es muy dolorosa. Para detener el dolor, debes detener la cocción. El primer instinto puede ser correr hacia el arroyo helado más cercano y colocar la parte del cuerpo afectada en el agua. Sin embargo, en realidad puedes hacer más daño de esa manera. El agua muy fría puede restringir el flujo sanguíneo y dañar los tejidos circundantes. Esta más indicado aplicar una toalla o trapo húmedo limpio y fresca (pero no helado) en el área afectada para enfriarla y mantenerla limpia. No aplicar un vendaje ajustado sobre una quemadura, ya que puede adherirse a la carne y desprender tejido al retirarlo. Retiraremos cualquier tejido muerto o colgante con tijeras limpias. Luego, aplicaremos una gasa limpia con antibiótico y venda. Esto solo se aplica a las quemaduras pequeñas. Para quemaduras más grandes y graves, debemos buscar atención médica de inmediato.

Jóvenes practicando primeros auxilios. Foto: FEDME.
Jóvenes practicando primeros auxilios. Foto: FEDME.

Como los jóvenes pueden hacer frente a traumatismo en el medio natural

Las lesiones del sistema musculoesquelético (huesos, ligamentos, músculos, tendones y cartílagos) se encuentran entre las más comunes en las actividades en el medio natural. A menudo no sabremos exactamente lo que esta dañado, pero necesitamos saber cómo manejar estas emergencias.

Siempre actuaremos dentro de los límites del dolor. Es decir, ni haremos ni diremos que la víctima haga cualquier movimiento que produzca dolor. La regla RICE será muy útil:

  • (R) La víctima debe reposar la zona lesionada. Debe evitar movimientos que le causen dolor.
  • (I) Inmovilizaremos el área lesionada. La inmovilización puede disminuir el dolor y prevenir daños mayores.
  • (C) Aplicaremos frío (“cold” en inglés) al área lesionada. Aplicar hielo o una compresa fría puede ayudar a reducir la hinchazón y aliviar el dolor.
  • (E) Elevaremos la zona lesionada por encima del nivel del corazón para reducir la hinchazón.

La regla RICE debe aplicarse después de una evaluación inicial de la lesión. El objetivo principal de la evaluación es determinar si la extremidad es utilizable o no. Haremos que la víctima descanse y se relaje, y echaremos un vistazo a la lesión. Buscaremos deformidad, hinchazón o hematomas. Primero, le diremos a la víctima que mueva activamente la articulación y evalúe la cantidad de dolor que le produce. Segundo, moveremos la articulación más agresivamente con las manos y evaluaremos la respuesta al dolor. Finalmente, si la articulación parece utilizable, haremos que la víctima la pruebe con su peso corporal. Las articulaciones inutilizables pueden requerir una férula. Utilizable o inutilizable, mantenga la zona lesionada en reposo durante media hora mientras reduce al máximo su temperatura con hielo triturado (nunca directo en la piel), compresas de frio químico o sumergido en agua fría.

Inmovilización de traumatismos

La regla general es: ¡ante la duda, férula! Una férula debe restringir el movimiento de la zona dañada, evitar más lesiones y maximizar la comodidad de la víctima hasta que se lleguemos a un centro médico. Para esto, se necesita hacer una férula de algo almohadillado para proteger cómodamente la lesión y algo lo suficientemente rígido para brindar dureza. El relleno debe ocupar todos los espacios por dentro del sistema para evitar el movimiento de la herida. Además, una férula debe ser lo suficientemente larga para limitar el movimiento de las articulaciones por encima y por debajo de un hueso roto, o restringir el movimiento de los huesos por encima y por debajo de una articulación lesionada. Las férulas deben mantener la lesión en la posición funcional o lo más cerca posible de su posición funcional.

Si la extremidad es utilizable, la víctima se puede ayudar del uso de un bastón o compañeros para mejorar el equilibrio. En las lesiones de tobillo las botas deben estar bien atadas.

Posible lesión en la columna

Los signos y síntomas de una lesión en la columna incluyen dolor, incapacidad de mover las extremidades, o sensaciones de entumecimiento, hormigueo, debilidad inusual y calor o frío difícil de explicar.

A las víctimas boca arriba se les puede hacer rodar sobre un costado para evaluar la espalda en busca de lesiones. Estabilización manual de la cabeza. y el cuello es fundamental durante el giro.

Mover una víctima con lesión en la columna solo debe realizarse cuando sea absolutamente necesario, como por la existencia de un peligro o por necesidad de protegerla del frío, y debe existir una planificación adecuada para disminuir los movimientos innecesarios.

Una víctima con una posible lesión en la columna vertebral que se encuentra acurrucado en una posición extraña del cuerpo puede enderezarse con movimiento lento y suave de una parte del cuerpo a la vez. Esto hace que la víctima se sienta más cómodo y proporciona mejor inmovilización y facilidad de transporte. Se necesitan tres o cuatro socorristas para que el trabajo sea más fácil y seguro.

Si el cuello de la víctima se encuentra en un ángulo extraño, se puede enderezar con un movimiento lento y suave. Este enderezamiento mejora la vía aérea y facilita la inmovilización. Si este movimiento causa dolor o encuentra resistencia, nos detendremos de inmediato.

Cuando la víctima con lesión en la columna debe ser necesariamente trasladado, por ejemplo, a una tienda de campaña para calentarse, o extraerlo del agua realice el movimiento mediante la técnica de “elevación del cuerpo y movimiento” o BEAM (por las siglas del inglés, body elevation and movement). Un BEAM requiere un número suficiente de socorristas arrodillados a ambos lados de la víctima y otro sujetando la cabeza. Los socorristas a los lados empujan suavemente sus manos debajo de la víctima. A la orden del socorrista de la cabeza, levantaremos la víctima coordinadamente con el menor movimiento de columna posible. Luego llevaremos con cuidado a la víctima y lo bajaremos de siguiendo las órdenes de quien soporta la cabeza.

3.- Actuación en caso de ahogamiento

Los ahogamientos representan anualmente varios cientos de muertes en España y los niños y los jóvenes no se escapan de esta triste estadística. A menudo, estos incidentes habrían sido fácilmente evitables si las personas involucradas hubieran entendido y mitigado los riesgos. La detección oportuna de una persona en problemas es vital para un rescate y tratamiento exitosos. Por eso es necesaria una vigilancia cuidadosa, deliberada e ininterrumpida de todos los participantes en una actividad en el agua.

Rescate de un ahogado

Los procedimientos de rescate y auxilio deben ser siempre discutidos antes de la actividad. Se recomiendan las siguientes pautas para sacar del agua a una persona que se está ahogando. No olvidaremos seguir vigilando la seguridad de todos los demás en el agua cuando la atención se centra en un individuo en problemas.

  1. Acercar la mano, el pie, remo u otro dispositivo de extensión que le permita permanecer seguro en tierra.
  2. Para víctimas activas, arrojar un dispositivo de flotación o cuerda de rescate al alcance de la víctima.
  3. Acceder a la víctima en algún tipo de embarcación, y utilizando dispositivos de alcance o lanzamiento, según corresponda.
  4. Ir. Solo los buenos nadadores con entrenamiento de rescate acuático pueden nadar con una ayuda de flotación hasta una víctima

Reanimación

Una vez que se pueda acceder a la víctima de manera segura, comprobaremos si hay vías respiratorias están permeables y si respira. Si es necesario, comenzaremos la ventilación boca a boca. Las ventilaciones de rescate deben iniciarse lo antes posible.

No tiene ningún valor tratar de limpiar los pulmones de la víctima de agua, pero estaremos preparados para girar a la víctima si hay agua o sale el vómito en su vía aérea. Comprobaremos si hay signos de vida y comenzaremos la RCP si es necesario. Si la víctima está respirando, o comienza a respirar, trataremos la hipotermia si corresponde.

4.- Botiquín para jóvenes

El botiquín de primeros auxilios perfecto para la naturaleza no existe. El mejor es el que llevas en ese momento. Debemos evaluar y revisar nuestro botiquín de primeros auxilios antes de cada viaje y remplazar artículos que han sido dañados por el calor, el frío o la humedad. No llenaremos nuestro botiquín con elementos que no sepamos utilizar y practicaremos los usos adecuados del material que porta. Todos los miembros de un grupo deben estar familiarizados con el contenido del botiquín.

Esta lista de artículos puede caber fácilmente en una mochila y puede tratar la mayoría de las lesiones menores.

  • Apósitos Tegaderm: Muy útil si la lesión se encuentra en una zona que se puede mojar y transparentes para ver si existe enrojecimiento de la piel en caso de infección.
  • Venda elástica: Para aplicar sobre la férula y proporcionar consistencia
  • Herramienta multiusos: Con tijeras, cuchillo pinzas, etc. Útil para realizar inmovilizaciones improvisadas, cortar gasas, etc.
  • Férula moldeable: ¡Son muy útiles y fácil de usar! Pueden entablillar un brazo, tobillo, muñeca, etc.
  • Jeringuilla de 10 cc: Útil para limpiar las heridas de restos como hemos explicado con anterioridad.
  • Toallitas de clorhexidina: Perfectas para limpiar alrededor de la herida y aptas para los alérgicos al iodo.
  • Tulgrasum antibiótico: Apósito indicado para quemaduras leves y heridas susceptibles de infectarse.
  • Steristrips: Una gran alternativa a la sutura cuando no hay ayuda médica cercana y una buena forma de parar pequeños sangrados.
  • Gasas: Ideal para limpiar heridas y colocar sobre abrasiones encima del tulgrasum. La gasa se puede proteger con el Tegaderm o venda elástica para que no se mueva.
  • Líquido para lentillas: Puede ser muy útil para la limpieza ocular en caso de necesidad. Un bote tamaño de viaje no estorbará en nuestro botiquín.

Pero recordad que la habilidad y el conocimiento de primeros auxilios son más valiosos en una emergencia que el contenido de un botiquín.

Jóvenes practicando primeros auxilios. Foto: FEDME.
Jóvenes practicando primeros auxilios. Foto: FEDME.

5.- Prevención y protección medio-ambiental de la víctima

Hipotermia: Es mucho más fácil mantener la temperatura central que recuperarla, así que tendremos en cuenta estos principios:

  • Usar ropa que retenga el calor corporal incluso cuando está mojada.
  • Mantenerse seco usando capas de ropa, quitándose las capas antes de que empiece a sudar y volviéndolas a poner antes que se produzca el enfriamiento.
  • Mantenerse bien hidratado.
  • Comer regularmente, especialmente carbohidratos.
  • Mantener un ritmo que evite el sobreesfuerzo. Descansar a menudo.
  • En un grupo, observarse unos a otros en busca de signos de hipotermia. Tratar enseguida, y si se trata a una persona, tratar a todos.

Si estamos ante un accidentado, intentaremos a toda costa que la víctima genere su propio calor interno por medio de la actividad física. Si no es posible le quitaremos la ropa mojada y lo envolveremos en un “burrito” tan pronto como sea posible. Si el lugar no es el propicio para retirar la ropa mojada además realizaremos una barrera de vapor con bolsas de basura o plásticos. Deberemos pedir ayuda cuanto antes.

Problemas médicos por el calor:

El agotamiento por calor es el resultado del estrés por calor, la pérdida de agua y electrolitos (la mayoría de las veces a través del sudor) y la falta de hidratación. La víctima normalmente ha estado haciendo ejercicio y sudando, y se siente muy cansada. Se observa una piel pálida y sudorosa o enrojecida. La víctima se queja de dolor de cabeza, tal vez náuseas y, a veces, vómitos. La sed es típica, así como una disminución de la producción de orina. Los mareos pueden ocurrir cuando la víctima se pone de pie rápidamente.

El agotamiento requiere descanso, preferiblemente en un lugar fresco y sombreado. Retirar el exceso de ropa, reemplazar los líquidos y la sal perdida con agua y agregando una pizca de sal a cada litro de agua o comiendo algo salado. Las sales de rehidratación oral o una bebida deportiva también sirven. Para aumentar la velocidad de enfriamiento, humedecer la piel de la víctima y abanicar. Se puede permitir que la víctima somnolienta duerma en un ambiente fresco. Cuando la víctima se sienta bien, podrá continuar con su actividad.

El golpe de calor ocurre cuando una persona produce un calor central más rápido de lo que puede eliminarlo. Suele ser debido a la realización de un esfuerzo excesivo asociado a una deshidratación importante. La desorientación y el comportamiento extraño son los síntomas principales para detectarlo, aunque la víctima también puede estar inconsciente. La piel suele estar caliente y roja, y a veces seca.

El golpe de calor es un problema por exceso de temperatura central y pone en peligro la vida. Si el cerebro humano alcanza una temperatura excesiva, es una emergencia inmediata y solo un enfriamiento rápido de todo el cuerpo salvará a la víctima. El tratamiento ideal es quitar cualquier ropa que retenga el calor y sumergir a la víctima en agua fría hasta que recupere el conocimiento. Si no encontramos una gran fuente de agua, empaparemos al a la víctima con agua lo más fría posible y lo abanicaremos vigorosa y constantemente para aumentar la evaporación. La víctima debe ser evacuada lo antes posible.

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