Requisitos y recomendaciones

Pantalones para esquí de montaña

Transpirabilidad, protección, bajo peso, libertad de movimientos… La lista de exigencias para los pantalones es larga y no todo lo que se pide parece compatible. Conoce en este artículo qué pantalones son los adecuados para tus salidas de skimo.

Pantalones de esquí de montaña D426
Ascendiendo a la Punta Pesciola de Italia.
José Isidro Gordito | No hay comentarios |

Del clásico pantalón de esquí alpino hasta el mono de competición, la vestimenta diseñada para esquí de montaña ha ido adaptando lo mejor de los deportes de invierno pero también de otras disciplinas hasta definir la figura, los accesorios y el aspecto que tiene hoy en día.

Atrás quedó el empleo de la ropa usada frecuentemente en las estaciones y de la clásica combinación de prenda interior + sobrepantalón impermeable ideado para alpinismo.

Como en otras áreas del equipamiento, la competición ha creado una doctrina y una imagen que se proyectan a todos los niveles: desde el más alto, ocupado por el deportista extremo, hasta el más bajo representado por el esquiador ocasional.

Es por ello que el «disfraz» habitual de cualquier esquiador de montaña está más cerca de las prendas ajustadas, elásticas, finas y ligeras que de las voluminosas y con gran capacidad de almacenamiento de aire caliente que, protegiendo mejor en fases estáticas y actividades a muy bajas temperaturas, ralentiza la evacuación de la transpiración y dificulta los movimientos.

Deporte aeróbico

El esquí de montaña conlleva una importante carga de ejercicio aeróbico. En él se pueden diferenciar claramente dos fases con distinto grado de exigencia. Al ascender, el trabajo que se realiza es muy importante y genera un buen volumen de transpiración que necesita ser evacuado con rapidez si no se quiere poner en riesgo la capacidad del deportista.

Durante el descenso el despliegue de energía es menor, y la disposición para generar y calentar aire ocluido alrededor del cuerpo también inferior. Pero el viento meteorológico, y el relativo generado por el movimiento del esquiador, pueden reducir su temperatura hasta niveles peligrosos.

En mitad de ambas fases, un período de transición con escasa actividad, casi estático, completa el ciclo. En él se puede perder rápidamente el calor producido en el ascenso y el viento puede vaciar igualmente la cámara de aire caliente que envuelve el cuerpo si no está debidamente “amurallada”.

Cómo proteger las piernas

Una actividad tan heterogénea en cuanto a velocidades y ritmos obliga a cierta modularidad de la vestimenta. O, al menos, a que esta cuente con sistemas de ventilación que se puedan abrir y cerrar a voluntad en función de la fase en que se encuentre el deportista y de las condiciones meteorológicas reinantes.

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Traje de esquí de una pieza.

Tradicionalmente, era frecuente realizar la fase de ascenso con un pantalón fino y transpirable, una malla interior o similar e incluso una prenda polar con o sin adición de elastano. Una vez arriba, el ritual de quitar las pieles, bloquear la caña de las botas y las fijaciones se completaba añadiendo un sobrepantalón impermeable o/y cortaviento que protegiese del viento, evitase que la cámara de aire caliente se vaciase y mantuviese seco al esquiador en caso de caídas sobre la nieve.

Se trataba, en resumen, de un sistema de capas simplificado en el que la prenda que iba en contacto con la piel se encargaba de captar la humedad del cuerpo, evacuarla al exterior y albergar a la vez aire caliente para conservar el microclima del individuo mientras la superior evitaba pérdidas de temperatura, preservaba de la humedad exterior y ejercía de barrera cortaviento.

Hoy las necesidades siguen siendo las mismas y el principio idéntico, excepto que se escoja un pantalón compacto que acompañe al usuario desde su salida en el valle hasta el final de la jornada.

Las prendas han variado en patronaje y los tejidos se sirven de las últimas tecnologías para ofrecer elasticidad, ligereza, protección y robustez. Pero esas mejoras no anulan que el esquiador de montaña espere de ellas el resultado que él mismo o sus ancestros demandaban en años anteriores: sentirse resguardado sin impedimentos para moverse con fluidez.

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Vestimenta tradicional por capas, con sobrepantalón impermeable con cremalleras de ventilación.

Dos capas

Dado que las piernas no albergan órganos vitales, las necesidades de protección no son tan importantes como las del tren superior. Con las citadas dos capas, o incluso con un único pantalón, es posible disfrutar de un día de skimo si la nieve, la lluvia y el frío intenso no hacen su aparición.

Para vestirse existen básicamente dos fórmulas:

  • Usar una prenda única para el ascenso y el descenso que puede ir sobre la piel o, en casos excepcionales persiguiendo mejorar el tacto y elevar las prestaciones, ser complementada con una malla interior térmica fina (en caso de frío, para acelerar la evacuación de la transpiración alejando el tacto húmedo del cuerpo…). Puede tratarse de un pantalón compacto tipo softshell con un perchado en su cara interna; de un pantalón compacto multicapa con exterior cortaviento o impermeable y aislante térmico dentro a base de fibra; o de un pantalón híbrido con apliques en distintas materias y diferente construcción en función del área de la pierna que deben proteger.
  • Usar dos prendas. Una fina y elástica en contacto con la piel que es la que se utilizará en el ascenso y otra adicional (sobrepantalón) pensada para colocar encima y proteger en el descenso, en condiciones de frío, de humedad… La fina y elástica podrá ser una malla interior térmica, una tipo Power Strech o una de las específicas para ski-race que producen diferentes fabricantes. Realmente se trata de pantalones que podrían estar incluidos en la categoría “híbridos”, pero por su patronaje y look recuerdan las clásicas mallas deportivas con la ventaja añadida de estar preparados para cubrir las botas dejando libre en ocasiones el sistema de bloqueo de la caña.

Que vaya por encima del calzado propone dos grandes ventajas: impide que la nieve y la humedad penetren en su interior y evita el aumento de volumen en la zona de la tibia que, además de elevar la presión, puede resultar incómodo la tendencia del tejido a arrugarse independientemente del cuidado que se ponga.

Hay prendas que llevan una polaina adicional, mientras otras solo tienen una capa con, como mucho, algún área reforzada. Si eres aficionado a la competición verás que los “racers” utilizan exclusivamente esta prenda en su forma de pantalón independiente o como parte inferior indivisible de sus monos, y que incluso descienden con ella excepto cuando la meteorología es tremendamente desfavorable.

El sobrepantalón, encargado de proteger en la bajada y en condiciones rigurosas puede ser un simple cortaviento (del mundo de la competición han derivado prendas ultraligeras); uno impermeabletranspirable; un complemento aislante con fibra interior (mejor muy transpirable) y una cubierta cortaviento o impermeable-transpirable; o un híbrido que tenga todo o gran parte de lo anterior distribuido de manera inteligente para proteger diferencialmente las extremidades.

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Vestimenta por capas, con sobrepantalón impermeable. ©MATT_GEORGES

Compacto no es necesariamente híbrido… ¡pero puede serlo!

Un pantalón compacto aúna las características de diferentes capas para ofrecer, en un solo elemento, todas sus ventajas. Pero, del mismo modo, presenta los inconvenientes que proporciona llevar una de ellas en un momento que no se necesita.

Eso significa que si solo es imprescindible una fina malla transpirable pero se porta un pantalón tipo soft-shell con membrana cortaviento, se debe estar preparado para sudar más de la cuenta. Que si no hace frío pero se ha escogido un pantalón con relleno de fibra la temperatura que se alcanzará puede llegar a ser insoportable…

Para evitar esas y otras situaciones los diseñadores han aplicado sistemas de ventilación como cremalleras que pueden ir abiertas en el descenso y ser cerradas para el descenso. Y, por supuesto, han creado pantalones híbridos que combinan diferentes materias para almacenar calor allá donde se necesita, elasticidad en las franjas de articulación, protección contra la fricción o la humedad donde se exige y la ventilación precisa para que el interior no se sature durante el movimiento.

Un pantalón compacto, que puede ser híbrido o no, es un compañero ideal para actividades relativamente rápidas de corta duración a ritmo medio o esas jornadas donde se prevé una meteorología estable sin demasiado frío y, por supuesto, sin precipitaciones.

Los días en que se avecine un cambio súbito de las condiciones, el ritmo de ascenso y descenso sea endiablado, se anuncien precipitaciones… un par de capas independientes son más recomendables. Y, evidentemente, si el frío puede ser intenso o tu velocidad es escasa resulta preferible que el sobrepantalón tenga aislante térmico.

Sobrepantalones

Cortaviento, impermeable-transpirable o con relleno térmico son varias de las opciones presentes en el mercado. Los primeros, generalmente más ligeros, suelen ser suficientes en condiciones “secas” mientras los segundos ralentizan la salida de la transpiración pero protegen de verdad cuando llueve y nieva.

En cuanto a los “acolchados”, esos que tienen relleno térmico, decir que son la mejor opción en condiciones frías pero dado que la actividad tiene una importante componente aeróbica es mejor que incorporen fibras que guarden aire que el cuerpo calentará pero con una gran dosis de “transpirabilidad”.

El Polartec Alpha se está imponiendo para ese propósito por sus enormes ventajas sobre sus oponentes en deportes “intensos”.

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Mono de competición

Especial competición

En el apartado “dos capas” habrás podido leer que los competidores optan por una combinación de prendas ligeras y elásticas -que pueden ser dos piezas independientes o un mono- que complementan con un sobrepantalón para el descenso, en condiciones adversas, etc.

Esta sobreprenda puede ir desde un ligero “cubre” cortaviento a un pantalón impermeable-transpirable o un híbrido con o sin aislamiento térmico.

Si no compites o no estás realizando entrenamientos exigentes, opta por ropa versátil menos ligera con un buen compromiso impermeabilidad + transpirabilidad + capacidad térmica + resistencia ya que, probablemente, tu ritmo no sea el de deportistas de alto nivel que hacen actividades extremadamente rápidas y en consecuencia pasan poco tiempo expuestos al rigor de los elementos.

Las prendas diseñadas para competición pueden destacar en alguno de esos campos y adolecer de lo que equipos más robustos, estancos, algo más voluminosos, pero obviamente superiores en peso, pueden ofrecer cuando la cosa se pone realmente fea.

José Isidro GORDITO

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