Con la llegada de la nieve y del frío no queda más remedio que empezar a rebuscar todo el material necesario para comenzar a disfrutar de este periodo, una visita al trastero para ordenar y encontrar lo que vamos a necesitar para esta nueva situación: esquís, botas, pieles, piolets, crampones… más toda la ropa extra de abrigo que no solemos utilizar.
Uno de esos quebraderos de cabeza más habituales al que nos enfrentamos es el de encontrar la mochila más adecuada para llevar todo nuestro material de esquí de montaña.
Los nuevos materiales y diseños han supuesto un gran avance en el mundo de la montaña, en muchos casos estos adelantos tecnológicos han sido los verdaderos artífices de los últimos logros del alpinismo.
La eficiencia en la elaboración de los equipos que usamos en la montaña llega a todos los niveles o campos de uso; por este motivo no es de extrañar que las mochilas para el esquí de montaña hayan sufrido una gran transformación y se parezcan cada vez menos a los modelos habituales que solíamos usar.
Ya no estamos en aquellos tiempos en los que para llevar el material valía cualquier mochila, ahora necesitamos poder transportar todo nuestro material a mano de forma cómoda y accesible, sin cargarnos además con un peso extra.
Esta exigencia de los usuarios ha provocado que los fabricantes hayan hecho un gran esfuerzo en la búsqueda de diseños y materiales que han revolucionado el campo de las mochilas de esquí de montaña, disponiendo hoy día de un variado catálogo de modelos específicos, muy interesantes para esta práctica invernal.
Ligereza y capacidad
Al empezar a buscar entre tanto modelo está claro que la mayoría buscamos que, sea cual sea, lo principal es que sea ligero; ahora bien, este concepto no es exactamente igual para todos. Aquí, al hablar de ligereza, me estoy refiriendo a aquellos productos cuyo peso total no supera los 1300 gramos para una capacidad de unos de 30-45 litros como máximo, que es un volumen más que suficiente para realizar cualquier recorrido de esquí de montaña habitual, desde para cualquier salida de día hasta un tour de unos 4 o 5 días, con apoyo en refugios.
Para muchas personas el concepto ligero va asociado a fragilidad, pero esto no se ajusta necesariamente a la realidad. Hoy en día, gracias a los nuevos tejidos, formas de confección y diseños, disponemos de una nueva gama de productos muy fiables y ligeros, con unas prestaciones en cuanto a resistencia y durabilidad muy elevadas.
Atención a los detalles
Para encontrar esa mochila “ideal” para una actividad de esquí de montaña entre toda la amplia oferta existente, debemos fijarnos sobre todo en los detalles y complementos, que son fundamentales. Estos son algunos elementos básicos que considero imprescindibles en una mochila de skimo:
- Portaesquís: no siempre ocurre, pero sería deseable que llevara los dos sistemas de transporte. Por un lado el diagonal, un sistema nacido en el mundo de la competición que nos permite colocar y sacar los esquís con una sola mano durante la marcha; y por otro lado lateral, el sistema tradicional de transporte con un esquí a cada lado de la mochila que nos obliga a pararnos y quitarnos la mochila, tanto para ponerlos como para quitarlos.
- Cinturón lumbar: es uno de los elementos más necesarios en una mochila de esquí de montaña, dado que nos proporciona estabilidad en la bajada. Es deseable que el cinturón, además de ser cómodo, cuente con un pequeño bolsillo con cremallera que nos sirva para llevar a mano objetos como geles, crema protectora… Si además dispone de un anillo portamaterial, aumenta su versatilidad.
- Portapiolets: lo ideal es que sean de extracción rápida y que sea accesible incluso llevando los esquís en la mochila.
- Compatible con el sistema de hidratación: con compartimento para la bolsa, salida para el tubo… Esto es algo que hoy por hoy disponen prácticamente todas las mochilas del mercado.
- Portacrampones: es una ventaja que cuenten con compartimento específico para los crampones, si bien pocas mochilas lo llevan; básicamente lo encontramos en los modelos de carreras, aunque cada vez más mochilas lo van incorporando. Puede servir además para guardar las cuchillas y tenerlas así a mano.
- Silbato y kit de señalización: son complementos de seguridad que, por su bajo coste y poco volumen, deberían ser obligatorios. Si no están presentes, sería deseable incorporarlos por nuestra cuenta. Un chaleco de emergencia de automóvil nos podría servir como señal muy visible.
- Compartimento específico para equipo de seguridad (pala/sonda): tener un acceso directo e independiente a este material reduce los tiempos en caso de emergencia.
Tallas y modelos específicos para mujeres
No todas las mochilas disponen de tallas, pero es un rasgo a tener en cuenta sobre todo para personas bajitas, pues es importante que el tamaño se ajuste perfectamente a nuestro cuerpo para poder distribuir bien la carga.
También hay mochilas que incorporan sistemas de regulación del tamaño de la espalda, si bien esto es más habitual encontrarlo en las mochilas destinadas al trekking de varios días, de mayores dimensiones.
También hay marcas que ofrecen modelos específicos para la fisionomía femenina, con por ejemplo unas hombreras más estrechas o un menor tamaño de espalda. Es también un valor añadido a la hora de encontrar nuestra mochila ideal.
Tipo de actividad a realizar
Para acertar con el modelo adecuado a nuestras necesidades también es importante saber qué tipo de actividad vamos a desarrollar, siendo conscientes de que es materialmente imposible tener una sola mochila para todo. Según su uso, podríamos clasificar las mochilas para skimo en tres tipos:
- Para una jornada: es el modelo más utilizado. Lo ideal es que tenga una capacidad de entre 24 / 32 litros, suficiente para el equipo que necesitaremos en un día, que además puede también ser suficiente para una travesía de varios días en la que contemos con el apoyo de refugios.
- Alta ruta: es la preferida por quienes les gusta llevar de todo “por si acaso”. Suele tener una capacidad entre los 30 a 42 litros. En este tipo es aún más importante buscar modelos que se adapten perfectamente a nuestra morfología corporal para evitar los movimientos inerciales en las bajadas. Los nuevos materiales y diseños han permitido fabricar mochilas de gran capacidad bastante ligeras, muchas de ellas por debajo de los 1200 gramos, si bien el aumento de coste suele ser proporcional a esa reducción de peso.
- Race: mochilas específicas para competición, con una capacidad de 12 a 24 litros, muy ajustadas al cuerpo y con un diseño minimalista. Una de sus ventajas es que permite que todo lo que llevemos sea muy accesible en marcha o que sea rápida su extracción. Suelen estar fabricadas con materiales muy ligeros y a menudo frágiles, y con un diseño ergonómico que favorece su ajuste. Solo recomendables para actividades muy específicas o donde no sea necesario portar mucho material.
Manuel Suárez
