ABIERTA CON TATO ESQUIROL

David Palmada «Pelut» sobre la nueva ruta en el Dru: “Brutal, increíble. De verdad que hemos disfrutado”

Hablamos con David Palmada «Pelut» sobre la actividad que les ha tenido a Josep María Esquirol y a él doce días colgados en esta gran pared de los Alpes: la apertura de «Abdruits», nueva vía en la vertiente oeste del Dru. La primera que recorre la zona por la que se produjo el gran desprendimiento (2005) que terminó con itinerarios míticos como la Bonatti.

David Palmada “Pelut” y Josep María Esquirol durante la apertura de “Abdruits” en la oeste del Petit Dru (Febrero 2015)  ()
David Palmada “Pelut” y Josep María Esquirol durante la apertura de “Abdruits” en la oeste del Petit Dru.
Dario Rodríguez y Héctor Fernández | No hay comentarios |

Hablamos con David Palmada “Pelut” sobre la actividad que les ha tenido a Josep María Esquirol y a él doce días colgados en el Dru: la apertura de “Abdruits”. Precedidos por escaladores de la talla de Walter Bonatti y Catherine Destivelle, añaden así un nuevo capítulo en la historia de esta mítica pared caracterizada en los últimos años por sus peligrosos desprendimientos. De hecho, las rutas abiertas por Walter Bonatti y Catherine Destivelle desaparecieron junto con aquel gran trozo de pared que se derrumbó en 2005. (Esta entrevista con David Palmada se emitió en la sección sobre montaña y aventura que todas los lunes realiza Darío Rodríguez en el programa de radio Al Pimer Toque, de Onda Cero, que dirige Héctor Fernández. Aquí puedes oírla).

«Yo creo que lo suyo es ir en invierno, que es cuando todo está más compacto»

Hace pocos días publicábamos la noticia de la apertura de esta nueva línea que han trazado Tato Esquirol y David Palmada «Pelut» en esta mítica pared de los Alpes. Tras tres años de intentos, finalmente salen victoriosos –aunque agotados– de este desafío. En palabras de nuestro entrevistado, el término que resume su experiencia es, inequívocamente, “brutal”.

Esto que habéis conseguido Josep María Esquirol y tú es algo fantástico, ¿no?
Bueno, sí… Está bien. Ha sido una escalada interesante, emocionante.

    «Lo bueno es que, como la pared se está cayendo a trozos, la pared de debajo es nueva»

      Una escalada interesante y emocionante en una pared que está en pleno desprendimiento desde que empezaron los problemas hace ya unos cuantos años…
      La verdad es que sí, la pared se está cayendo a trozos, pero lo bueno y positivo de esto es que, como se está cayendo, la pared de debajo es nueva. Ahí es donde está el futuro de la escalada en el Dru. Creo que la parte izquierda de la pared, donde está la Directa Americana, también se va a caer, porque está todo bastante inestable. Por eso pienso que lo suyo es ir en invierno, que es cuando todo está más compacto. Pero no le quita su parte de emoción: cuando miras arriba y ves las «neveras» que cuelgan… pues impresiona un poco.

      Es decir, que el invierno ha hecho que la pared sea más consistente, más segura…
      El invierno lo que te da es un poquito más de seguridad por el hecho de que la roca está más compacta, lo que pasa es que las condiciones son mucho más duras. La gente de aquí ya sabe lo que es el tiempo en los Alpes, y es que cuando te coge el marrón en pared se hace muy difícil escalar, se hace todo muy difícil… Pero tiene su parte de encanto.

      «Hemos estado allí doce días muy intensos y hemos podido escalar cada día»

          Ayer por fin regresasteis a tierra firme después de abrir la vía, rapelarla, descender… ¿Cómo han sido estos 12 días en pared? ¿Cuántos días habéis estado en ella?
          Hemos estado allí 12 días intensos y hemos podido escalar cada día. Tuvimos un muy mal día en el que solo pudimos abrir unos 40 o 50 metros, pero el hecho es que no estuvimos parados ningún día.

          «La progresión es difícil, se vive intensamente»

            ¿Cómo ha sido la progresión?
            La progresión es muy lenta y las fisuras son difíciles. No son como las fisuras limpias típicas de Yosemite que se puede imaginar la gente. Las fisuras están sucias porque todavía tienen roca rota dentro, tienes que limpiar, hay muchos trozos con nieve… La progresión es difícil y se vive intensamente.

            ¿Cuáles han sido los momentos más difíciles, más duros?
            Cuando lo hemos pasado realmente mal ha sido sobre todo en los últimos tres días, incluso en el descenso, porque estuvo todo el día nevando. Estos tres últimos días han sido muy, muy cansados. Martín Elías nos mandó un mensaje y nos dijo: “Salid de la pared que viene mal tiempo y os va a pillar con fuerza”. Estos últimos días han sido, por lo tanto, una carrera en sprint por terminar de abrir la vía y bajar de la pared. Estamos un poco cansados, la verdad.

            «Para estar bien hay que sufrir»

            ¿Cómo es escalar una pared que hace relativamente poco se ha derrumbado totalmente, y que cuando asciendes por ella tampoco sabes si se va a derrumbar? Supongo que es una situación de mucho riesgo, de mucha tensión, psicológicamente muy dura, y más habiendo pasado tantos días ahí metidos…
            La palabra es brutal, brutal, es una ascensión brutal. La verdad es que es una pared que siempre me ha llamado mucho la atención y que me hacía mucha ilusión.

              «Para este tipo de actividades tienes que buscarte a gente que esté a la altura y tenga la capacidad de sufrimiento de aguantar una historia de estas»

                ¿Cuánto tiempo llevabais planteando este proyecto?
                Evidentemente, para este tipo de actividades tienes que buscarte a gente que esté a la altura y tenga la capacidad de sufrimiento de aguantar una historia de estas. Ahí es donde entra Tato [Josep María Esquirol]. Tato dice que sí y nos tiramos tres años con la historia esta de intentar escalar el Dru. El primer año nos sepultó una avalancha nada más empezar a intentarlo, cuando estábamos porteando todos los petates. Nos tuvo que sacar el helicóptero y no pudimos escalarlo. Al año siguiente Tato tuvo una operación. Esperamos un año más. Este año intentamos la ruta en diciembre antes de irme al Dakar [Pelut trabaja como mecánico de motos de competición], pero al final no pudimos por temas familiares de Tato, porque va a ser padre…

                  «Ha costado tanto que parecía que no iba a poder ser»

                    Hay que dar la enhorabuena a Tato por afrontar este proyecto poco antes de tener un hijo.
                    Está a dos meses de ser padre, la ascensión ha sido un poco más complicada porque se hace difícil dejar a la mujer en casa a punto de dar a luz. Desde aquí yo le agradezco el esfuerzo que ha hecho… Por eso digo que ha sido una ascensión que ahora mismo estoy saboreando poco a poco, porque ha costado tanto que parecía que no iba a poder ser. ¡Pero todavía no hemos terminado! Porque estoy aquí abajo pero mañana tenemos que volver a subir, que dan mal tiempo, a buscar el resto de material.

                      «Tuvimos que escalar otro largo más de noche porque no salíamos»

                          Evidentemente es una ascensión en invierno, con mucho frío, tanto que los pies de gato invernales no han sido suficientes y habéis tenido alguna pequeña congelación.
                          La verdad es que escalamos con una bota muy buena, con botín, muy potente. Los largos más normales, por decirlo de alguna manera que se entienda -con nieve, los largos de dificultad moderada A1, A2-, los puedes escalar con una bota de estas rígidas, pero cuando son largos más técnicos, largos de artificial más duro, llevamos una especie de pie de gato con un poquito de membrana, que es el que nos permite algo más de movimiento. El problema es que estuvimos escalando de noche, porque íbamos a contrarreloj, y teníamos que escalar otro largo más porque, si no, no salíamos. Tato estuvo escalando de noche y yo estuve en la reunión unas seis o siete horas parado. Ahí cogí mucho frío en los pies. Tengo un pie en el que todavía tengo calambres, pero yo qué sé, para estar bien hay que sufrir.

                            «No quiero sufrir, ya sufro bastante en el día a día de mi vida, y lo que quiero es disfrutar»

                              Tu profesión real es mecánico de motos, acabas de hacer el Dakar y ahora abres esta vía en invierno en el Dru a contrareloj por la llegada del mal tiempo. ¿Tu vida real es una batalla contra el cronómetro?
                              Realmente, el ir en invierno… Nosotros no queríamos batir ningún record ni nada, simplemente disfrutar de una escalada y hacer realidad un proyecto: abrir una vía en el Dru. Yo lo que quiero es escalar con buen tiempo, con sol. No quiero sufrir, ya sufro bastante en el día a día de mi vida, y lo que quiero es disfrutar.

                              «El ser humano siempre está pensando en ir más allá»

                              ¿Porqué ir en invierno, entonces?
                              En diciembre lo teníamos todo: estuvimos cuatro días, teníamos todo el material en el pie de la pared, daban buen tiempo, solo teníamos que esperar un día para entrar en la pared… y va y se tuerce todo. Problemas: “Pelut, me tengo que ir”. “Bueno, lo primero es lo primero”. Y luego a volver a trabajar. Vas al trabajo y ves que te toca ir en invierno sí o sí. Ahora es un punto más, una vez que lo haces dices: “Oh, qué guay, qué bueno, lo han hecho en invierno”. ¡Pero es que ha sido así porque no lo pudimos hacer en diciembre! Si no, no lo hubiéramos hecho en invierno.

                              «Lo que busco es hacer una actividad que me llene, me haga feliz, sentir vivo»

                                  Ahora se busca el reto de hacer las cosas en invierno, afrontar esa ultra superación, pero vosotros lo habéis hecho con toda la naturalidad del mundo por necesidad más que por otra cosa.
                                  El ser humano siempre está pensando en ir más allá. Yo no pienso en la superación sino en hacer una actividad que me llene personalmente, que me haga feliz y me haga sentir vivo. Hacía mucho tiempo que necesitaba sentir una aventura de este tipo, sentir ese miedo. Quería mirar a la pared y saber que era el momento. Cuando estuve con Tato en diciembre le dije: «Tato, este es el momento, tengo buenas sensaciones». También podía haber ido ir al mes siguiente al Dru, mirarlo, y decir: «No tengo cojones de acercarme». Pero sabía que ese era el momento, que la pared estaba estable. La miras, miras a la pared «a los ojos» y dices: «No se va a caer nada, ¿no?». Lo que pasa es que cuando estás ahí y pasa un avión por encima te cagas. Podrían desviar el tráfico aéreo, que cada vez que pasaba un avión vibraba todo de una manera…

                                  «El peligro potencial de que caiga algo existe, no es para tomarlo a broma»

                                  ¿Llegó a caerse algo?
                                  Han caído pocas cosas pero, realmente, el peligro potencial de que caiga algo existe, no es para tomarlo a broma. Mucha gente puede pensar que estamos locos, pero bueno, cada uno juega sus cartas como quiere. Cada uno hace con su vida lo que quiere.

                                    «El color de la roca es muy llamativo, es como un magnetismo que te llama» 

                                    Decías antes que ibas ahí a disfrutar, a pasarlo bien. ¿Realmente se disfrutan los 12 días en una pared que se ha derrumbado, que tiene zonas que están a punto de caer, que además es terreno delicado, escalada difícil?
                                    La sensación que tienes en los días intensos en los que estás escalando y en los que hay buena meteo es increíble. Yo puedo hacer muchas escaladas y habrá algunas que me llenen más o menos. Lo importante siempre es la compañía, que es lo que más me gusta, escalar con amigos. Pero la sensación de estar escalando esta pared, en ese sitio, ver que debajo están las luces de Chamonix, que estás solo, que no hay nadie, que estás abriendo una ruta, que puedes ir por donde quieras, hacia la derecha, la izquierda… es brutal, increíble. De verdad que hemos disfrutado. Y son vías que, con el tiempo, si se repitieran mucho, quedarían mucho mejor, más limpias. El color de la roca es muy llamativo, es como un magnetismo que te llama y te dice: «Tienes que ir, tienes que ir, tienes que ir…».  Y al final vas y cuando estás ahí no te lo crees.

                                      «Son esas horas de desconexión las que te hacen aguantar un año más de trabajo»

                                        Lo compensa todo, ¿no?
                                        Los largos más intensos no son siempre los más difíciles, pero en este caso sí, uno de los largos más intensos es el más difícil. Y dices: “Tengo que decidir si lo tiro o no lo tiro”. Son esas horas de desconexión las que te hacen aguantar un año más de trabajo, por decirlo de alguna manera. Esas nueve horas de desconexión es un año, pues bueno, viviendo del recuerdo, ¿no? Por así decirlo…

                                           «Lo único que puedo decir respecto a Bonatti y Destivelle es que me quito el sombrero»

                                           ¿Para ti qué significa abrir una ruta en la misma pared donde Walter Bonatti y Catherine Destivelle han trazado un itinerario mítico?
                                          La verdad es que estás tan concentrado en la movida que ni lo piensas. Es nuestro momento, por decirlo de alguna manera. Es decir, se ha caído parte de la historia del alpinismo mundial y piensas que esa pared está ahí y que desde el 2005 solo han ido dos franceses que han abierto una vía a la derecha, ¿por qué no va nadie a abrir? Esto forma parte de la historia, ¿no? Si se ha caído, habrá que volver a retomar parte de la historia. Puedes ir por donde quieras. ¿Emotividad? Lo único que puedo decir respecto a esta gente es que me quito el sombrero. Porque Catherine Destivelle iba sola. Yo no voy solo a ningún lado, ya te lo digo. En una pared así no me meto solo ni de coña. Es increíble lo que ha hecho esta gente y siempre que hago algo así pienso que voy con el mejor material que hay actualmente en el mercado, las mejores chaquetas, las mejores botas, las mejores cuerdas. ¿Y estos tíos se metían ahí treinta, cuarenta, cincuenta años atrás? ¡Estos tíos son héroes! Nosotros no somos nada comparado con ellos. Siempre lo he pensado y siempre lo pensaré. Vas a vías antiguas y encuentras unos clavos –yo además soy un fanático del hierro– que piensas: “Han metido esto aquí con una maza”. La tendencia hoy es otra, liberar records de velocidad, por ejemplo. Evidentemente no le puedes negar la evolución al alpinismo ni a la escalada, pero para mí esta gente son ídolos. Lo he dicho siempre: me hubiera gustado nacer una o dos décadas antes para encontrar las paredes vírgenes y vivir las sensaciones que ha vivido ellos.

                                          «Competitividad, emoción y poder de sufrimiento. El ‘no puedo’ no forma parte de nuestro vocabulario»

                                                ¿Dónde se vive más emoción: en el Dakar o en esta pared?
                                                Son dos cosas que van un poco ligadas con tu manera de ser y con lo que te gusta en la vida: competitividad, emoción y poder de sufrimiento. El mecánico de carreras es como un caballo de guerra. Te llega el piloto y lo único que le preguntas es a qué hora sale al día siguiente. “Pues a las tres de la mañana y no me cuentes tu vida, tiene que estar todo a punto”. En la escalada es un poco igual: te llama Martin y dice: “Pelut, salid de la pared que os va a entrar malo” y dices: “pues venga, Tato, a muerte”. El ‘no puedo’ no forma parte de nuestro vocabulario.Lo que sí te digo es que cada vez es más coñazo porque cada vez somos más viejecitos, cada vez cuesta más seguir el ritmo.

                                                Hay que moverse rápido y a uno le cuesta más…
                                                Claro, levantarse a las tantas de la mañana ya cuesta más.

                                                ¿En Chamonix están contentos con vosotros? Sois unos escaladores catalanes que llegan y abren una vía en territorio francés.
                                                Que va, que va, son amigos. Nos llevamos bien con todos, son súper buena gente, súper majos todos. Estamos todos muy emocionados y esto es una cosa de agradecer.

                                                «Lo tienes ahí mismo, solo tienes que tener ganas, emoción, mirar a la pared y que la pared te diga que es el momento”

                                                  Hay que felicitaros porque la verdad es que ha sido increíble esta actividad, incluso histórica. Una nueva vía en el Dru…
                                                  No se te tiene que subir a la cabeza, simplemente es una actividad más. Quedan un montón de vías por abrir en esa pared. El que quiera puede ir, que el Dru está ahí. Lo tienes ahí mismo, solo tienes que tener ganas, emoción, mirar a la pared y que la pared te diga “ahora es el momento”. Y sencillamente meterte, ya está.

                                                   

                                                   

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