Alberto Ginés ha escuchado hoy en Tokyo el himno español desde el escalón más alto del podio de los Juegos Olímpicos. El escalador extremeño de 18 años estaba flanqueado por el estadounidense Nathaniel Coleman y el austriaco Jakob Schubert. Desde cierta distancia lo contemplaban sus otros rivales en la final, con Adam Ondra y Tomoa Narasaki a la cabeza. Pero el oro era ya suyo y el protagonismo en la historia de la escalada de competición también.
Clasificación inesperada
Cuando fue oficial que los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020 iban a incluir la escalada deportiva por primera vez, casi nadie pensó que fuera posible ni tan siquiera que un escalador español se clasificara. Ya hacía años que los éxitos de Ramon Julián y Patxi Usobiaga habían quedado atrás.
A los veteranos, les había llegado demasiado tarde y parecía que las nuevas generaciones de escaladores jóvenes eran todavía demasiado jóvenes. Pero Alberto Ginés y su entrenador David Macià se lo plantearon como un desafío real.
Alberto fue progresando en categorías inferiores y logrando victorias y podios en competencia con otros chicos de su edad. Sin embargo, en 2019 y con el proceso de clasificación olímpica en marcha, el escalador extremeño dio un salto adelante, principalmente en su disciplina favorita de dificultad y comenzó a destacar en categoría absoluta, con apenas 17 años de edad.
En el Campeonato del Mundo de Hachioji 2019, en verano de aquel año, quedó lejos de las plazas que daban los primeros billetes olímpicos. En el torneo clasificatorio de Toulouse, a finales de aquel mismo año, su preparación había crecido tanto que logró uno de los últimos puestos para Tokyo, junto con su amigo Adam Ondra, con quien compartió entrenamientos.
Ya había conseguido el éxito, pero no iba a detenerse allí.
Favorecido por el aplazamiento
En 2020, la pandemia obligó a aplazar los Juegos Olímpicos un año. Alberto Ginés perdió forma, la preparación fue mucho más difícil y no pudo disfrutar de las experiencias competitivas tan necesarias para un deportista de su edad. Sin embargo, esas dificultades fueron las mismas para todos y lo que sí hizo Alberto fue crecer y ganar madurez.
Su entrenador David Macià fue nombrado seleccionador español, con lo que todo su universo se volcó en la preparación olímpica.
Un formato extraño
El extraño formato combinado en el que las disciplinas de velocidad, búlder y dificultad se contabilizan conjuntamente en la clasificación general estuvo en el centro de la preparación del joven español. Alberto Ginés, que siempre ha destacado en dificultad, se preparó muy bien en velocidad y fue mejorando sus registros hasta situarlos justo por detrás de los especialistas y por encima de otros olímpicos más orientados a la dificultad o al búlder.
En los meses previos al evento, ya se intuía que las opciones del extremeño pasaban por hacerlo extraordinariamente bien en dificultad y obtener un buen resultado también en velocidad. Esa era su arma secreta para Tokyo.
Mucha competición en 2021
Otro argumento en la preparación de Alberto Ginés para Tokyo ha ido orientado en ganar muchas horas de vuelo en competiciones durante los meses previos a la cita olímpica. La juventud del escalador ha sido clave, pues todavía se encuentra en edad Junior y ello le ha permitido participar en pruebas tanto en esa categoría como en categoría absoluta. En 2021, ha participado en dieciséis pruebas de carácter internacional, ya fuera Copa de Europa, Campeonato de Europa o Copa del Mundo, Junior o absoluta. Los resultados han sido desiguales y a menudo decepcionantes, pero la carga se ha demostrado como algo positivo.
Un escalador polivalente
Así pues, ha llegado a los Juegos Olímpicos convertido en un escalador polivalente: del máximo nivel internacional en dificultad, que se defiende en velocidad y capaz de lograr resultados dignos en búlder. Así fue como se clasificó el martes para las finales: logrando la tercera posición en dificultad y la séptima en velocidad, además de un más discreto decimocuarto puesto en búlder.
La suerte de los campeones
En la final, Alberto Ginés no partía entre los principales candidatos al oro olímpico, pero se ha visto favorecido por la suerte de los campeones. Sobre todo en velocidad, disciplina en la que partía con el quinto mejor tiempo pero que consiguió vencer gracias a errores ajenos, a la lesión de Bassa Mawem y a su fortaleza mental, que le permitió rendir a su nivel sin verse afectado por la presión.
En búlder, las cosas transcurrieron según el guión previsto y Alberto Ginés fue séptimo. En dificultad, sin realizar su mejor actuación, sí consiguió ascender más que sus rivales en la general y se vio favorecido por los otros resultados.
Al final, un oro más que merecido… aunque todavía no se lo creía cuando era el foco de los fotógrafos en lo más alto del podio.
