Lukas Waldner y Martin Sieberer han firmado la primera ruta de la parte alta de la muralla norte del Schrammacher (3.410 m), una pared imponente de Valsertal (Tirol) que no suele presentar buenas condiciones. El dúo ha abierto allí su Direttissima (800 m, M7, AI6), que asciende a través de una línea muy directa desde la base hasta la cima.
Martin Sieberer y Lukas Waldner no habían escalado juntos hasta este invierno. El primero de ellos es conocido como el compañero de cordada habitual de Simon Messner, con quien ha realizado interesantes ascensiones tanto en los Alpes austriacos, como en el Karakórum, donde protagonizaron las primeras ascensiones del Black Tooth (6.718 m) y del Yernamandu Kangri (7.180 m). Hace dos años habían abierto también Goodbye Innsbrooklyn (500 m, 7a+) en el Schrammacher.
Por su parte, Lukas Waldner también acumula una trayectoria notable, en la que destaca la primera ascensión del pico virgen Shaue Sar (6.653 m), en el valle de Shimshal (Pakistán), realizada hace dos años con Philipp Brugger y Tomas Franchini.
Jornada gélida
Hacía ya dos años que Lukas Waldner había escuchado hablar del headwall de la cara norte del Schrammacher y le rondaba por la cabeza la posibilidad de abrir una ruta allí. Finalmente, la ocasión llegó este invierno. En un primer viaje a Valsertal alrededor de Fin de Año, se dio cuenta de que la vertiente presentaba buenas condiciones y que incluso se había formado una línea de hielo por el centro que conducía hasta la misma cima. Habló con Martin Sieberer y, cuando llegó la siguiente ventana de buen tiempo, se lanzaron a por una ruta lo más directa posible desde la base hasta la cumbre.
Era el día 16 de enero, que despertó con temperaturas inferiores a los -20ºC y algo de viento. No tenían muchas expectativas, pero igualmente comenzaron a escalar después de una aproximación por nieve profunda.
Según cuenta Lukas Waldner en sus redes sociales, “los primeros metros de escalada fueron más difíciles de lo que esperábamos, y el primer largo se mostró bastante desafiante”. No obstante, entraron relativamente en calor con la actividad y con su progreso, que iba ganando metros a través de un terreno mixto alternado con largos de hielo.
Poco después del mediodía llegaron al headwall, donde se encontraron un gran hongo de nieve que les bloqueaba el camino. Martin Sieberer se las ingenió para superarlo junto con la difícil sección posterior. A continuación, encontraron una parte con nieve buena, que les permitió conectar con comodidad con los siguientes largos de mixto. Hasta que por fin llegaron al terreno más sencillo de la salida por arriba. Alcanzaron la cumbre con los últimos rayos de sol.
No perdieron nada de tiempo e iniciaron inmediatamente un descenso contrarreloj. Justo antes de que desaparecieran los últimos vestigios de claridad, llegaron al terreno fácil y completaron sin contratiempos la bajada ya de noche cerrada.
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