EN HOYA MOROS

Jesús Muñoz ‘Chuchi’ propone al alza Indartsu 8B+/C: “El bloque que un día soñé escalar”

Hablamos con este escalador salmantino de 26 años que asoma por la máxima dificultad del búlder nacional. Tras la rotura de varias presas, considera que la creación de Rubén Díaz es significativamente más dura que antes.


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No habíamos tenido ocasión de hablar hasta ahora con Jesús Muñoz Chuchi. Este apasionado de la escalada de Salamanca, graduado en Biología y Farmacia, tiene 26 años. Muchos lo conocerán por liderar junto a Daniel García el centro de escalada La Ola, donde invierte muchas ilusiones y esfuerzos: “Gracias a este proyecto, hemos podido hacer algo que nos ilusionaba mucho: dar a conocer este deporte en nuestra ciudad para que cada día más gente pueda disfrutar más y mejor de él. Por ello, durante nuestro primer año, hemos organizado diversos eventos de escalada populares además de haber tenido la oportunidad de celebrar competiciones de nivel nacional, como es el caso de la 2ª prueba de la Copa de España de Bloque, que tuvo lugar en nuestro centro de escalada el pasado mes de marzo”.

Aunque buena parte de su actividad como escalador está centrada en la roca. Entre sus encadenamientos más relevantes hasta ahora destacaba Zarzafar 8B+ de Zarzalejo, y las zonas de escalada de la Zona Centro son sus lugares favoritos de peregrinación semanal. Ahora ha dado un paso más en su nivel de escalada en bloque con el encadenamiento de Indartsu. Se trata de la primera ascensión del bloque más duro de Hoya Moros desde la rotura de un par de presas que todavía lo hacen más exigente. De ahí que Jesús Muñoz le haya sugerido un grado al alza de 8B+/C, a pesar de que Rubén Díaz lo estrenó hace años como 8B+ e incluso Alberto Rocasolano lo consideró de 8B en la primera repetición.

“Soy un escalador al que le gusta escalar, lo que sea y cómo sea, aunque sienta una especial dedicación hacia las piedras grandes”

¿Cuánto llevas escalando y cómo comenzaste en esto?
Llevo escalando unos 10 años. Empecé a escalar siendo un adolescente, cuando tenía 16. Fue mi padre quién me introdujo en este deporte y con quién hice mis primeras salidas a roca. Además, a raíz de conocer una pequeña sala de escalada en Salamanca llamada Tabloom, empecé a practicar este deporte cada vez más. Así fue como descubrí la escalada como mi mayor pasión. Desde entonces, no he parado de escalar, no he parado de viajar, para descubrir nuevas zonas de escalada o para seguir disfrutando de las ya conocidas; y lo mejor de todo, no he parado de conocer personas que como yo disfrutan de este deporte y que ahora muchas de ellas son grandes amigos.

¿También practicas otras modalidades de la escalada o solo bloque?
Empecé haciendo escalada deportiva y algo de bloque. Sin embargo, tiempo después, sólo me dediqué a practicar la primera disciplina. Finalmente, a día de hoy, llevo cuatro años especialmente centrado en el búlder. En realidad, intento huir del tópico de ser “bloquero” o “viero”, ya que lo que soy es simplemente un escalador al que le gusta escalar, lo que sea y cómo sea, aunque sienta una especial dedicación hacia las piedras grandes (risas).

“Creo que el grado debería tener una importancia más relativa”

¿Cuál ha sido tu evolución en el grado en búlder?
Estos últimos años haciendo búlder he progresado hasta el punto de hacer bloques que antes no podía (risas). Estoy muy contento de haber conseguido escalar varios bloques de alta dificultad tanto en granito como en arenisca y en caliza. Entre mis últimas ascensiones, se encuentran varios 8B y algún 8B+, como Zarzafar en Zarzalejo. Sin embargo, creo que el grado debería tener una importancia más relativa. En la misma dificultad, lo que a uno le puede resultar fácil, a otros les puede resultar difícil y viceversa. Considero el grado como una mera referencia a dicha dificultad y también como una causa directa del proceso de superarse, pero no el motivo único por el cual elegir escalar un determinado bloque o una determinada vía. A todos nos gusta escalar lo que nos supone un reto personal pero eso, a veces, no se corresponde con letras y números.

“No tengo referencias en el 8C. Honestamente, creo que después de la rotura es especialmente más duro”

Ahora has hecho una propuesta de 8C para un bloque que anteriormente tenía un grado inferior, ¿cómo se explica? ¿Cuál es su historia?
Indartsu es un bloque de Hoya Moros visionado y escalado por primera vez por Rubén Díaz.  Desde que lo vi, hace ya varios años, siempre quise intentar escalarlo y sobre todo, tener posibilidades de conseguirlo (risas).

Este año empecé con esa tarea junto a Iban Larrión, quién me ofreció todos los métodos en mi primer día, ahorrándome así muchos pegues y esfuerzo. Por desgracia, probándolo se rompieron dos agarres en la sección clave, una regleta de derechas que quedó algo más pequeña y un hombro izquierdo que desapareció por completo. Por esta razón, Iban y yo nos vimos obligados a reconstruir los métodos.

Esta última rotura es la causa fundamental de que la secuencia haya cambiado radicalmente. Donde antes se hacían dos movimientos ahora obligatoriamente se hace sólo uno, lo que hace que sea más duro y sobretodo más difícil de coger la siguiente presa, un agujero de mano derecha.

Si el propio Rubén y posteriores repetidores opinaron que era 8B+, ahora tras romperse, desconozco qué grado será, ya que no tengo referencias en el 8C. Honestamente, creo que ahora es especialmente más duro, de ahí la propuesta. Los repetidores opinarán y ayudarán a asignarle una dificultad más concreta. Empezar por el 8B+/8C creo que es un buen punto de partida.

Indartsu es una línea muy futurista pero sobre todo, una línea muy bonita de escalar”

¿Con qué comparas esta dificultad?
Como he dicho anteriormente, lo puedo comparar con el propio Indartsu  antes de romperse. Haber probado ambos bloques, antes y después de los desperfectos (risas), hace que pueda comparar dificultades y esfuerzos. Ahora, considero que es más duro y que la dificultad puede haber variado.

¿Cómo describirías el problema?
Es una línea muy futurista pero sobre todo, una línea muy bonita de escalar. Se trata de un bloque de piedra literalmente suspendido en el aire y que se apoya en otros bloques, por lo que se escala como si fuera un techo discurriendo la línea por una de sus aristas. Es algo difícil de explicar. Ver el vídeo hará que se entienda mejor.

Además, se trata de un bloque de largo recorrido. Tiene alrededor de 15 movimientos, teniendo en la parte intermedia la sección más difícil y encontrándose en esta el movimiento más duro, un dinámico a una agujero de mano derecha. Por último culmina con un mantle que no es fácil, en el que puedes caer de lo cansado que uno llega.

“No sólo se trata de intentar hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace”

¿Cuánto tiempo te llevó descifrar los movimientos y como fue el proceso hasta resolverlo?
Los movimientos en aislado no son muy difíciles de descifrar. La verdadera dificultad reside en encadenarlos todos juntos. Cuando uno va escalando desde el inicio no sólo va más cansado, sino que además, la postura que uno tiene al coger los agarres no es la misma ni tan cómoda que cuando se prueban los movimientos en aislado.

El proceso no ha sido fácil debido a que es un bloque que se encuentra en una zona alpina y poco accesible. He tenido que hacer varios viajes hasta allí con lo que eso supone: Muchos kilómetros en coche pero también a pie. Para llegar a Hoya Moros uno tiene que patear cuesta arriba durante una hora y media, el porteo tanto de los crashpads como de todo el material necesario para escalar, además de la comida y el saco de dormir para hacer noche, hace que el proceso sea algo atípico en cuanto a la modalidad del búlder se refiere.

Para Indartsu necesité 7 días de intentos en total, repartidos en diferentes viajes. Empecé a probarlo desde  finales  de julio hasta poder escalarlo el 19 de septiembre. Siempre tuve buena compañía, pero la temperatura y el viento de ese día me acompañaron en un pegue en el que pude dar todo lo que tenía, consiguiendo así hacer este bloque que un día soñé escalar.

Quería aprovechar la oportunidad para agradecer a todas estas personas que me han acompañado en este proceso. Sin ellos habría sido todo mucho más difícil.

¿Cuáles son tus próximos objetivos? ¿Te ves en otros bloques de esta dificultad?
Mis objetivos son seguir disfrutando de la escalada como hasta ahora y no lesionarme (risas), para poder así practicarla todo lo que pueda. Me veo intentando nuevos proyectos que me supongan un reto y que me motiven, independientemente de la dificultad. Creo que no sólo se trata de intentar hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace. En mi caso es escalar.

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