ANÁLISIS OLÍMPICO

Dos claves y cinco detalles para el oro de Alberto Ginés

La primera posición del deportista español en el debut de la escalada como deporte olímpico en Tokyo 2020 se explica por la coincidencia de múltiples factores. He aquí los detalles que han hecho de él el primer medallista de oro de la escalada deportiva… y el único hasta ahora.

Alberto Ginés en la final de velocidad de Tokyo 2020.
Alberto Ginés en la final de velocidad de Tokyo 2020.
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Alberto Ginés es, a sus 18 años, el único escalador del mundo con una medalla de oro olímpica. La escalada deportiva se estrenó en unos Juegos en Tokyo 2020 y el extremeño se subió a lo más alto del podio, flanqueado por el estadounidense Nathaniel Coleman y el austriaco Jakob Schubert. Los máximos favoritos, Tomoa Narasaki y Adam Ondra, se quedaron sin medalla, igual que otros especialistas de quienes se esperaba mucho como Alex Megos, Bassa Mawem y otros.

A continuación repasamos los factores que le han brindado a Alberto Ginés el reconocimiento mundial. Dos claves y cinco detalles decisivos.

Dos claves

Fortaleza mental

Alberto Ginés no figuraba en la mayoría de listas de favoritos para aspirar a las medallas. Incluso Desnivel.com tiró de confianza ciega para incluirlo entre los seis máximos candidatos a colgarse los primeros metales. Quizás la ausencia de presión por el hecho de haber conseguido su objetivo simplemente con la clasificación para la final le ayudó. Pero el hecho es que el deportista español puso en liza una fortaleza mental impresionante, que le llevó a poder rendir a su nivel en todo momento.

Esa fortaleza mental se vio claramente en la prueba de velocidad, en la que salió vencedor de todos los duelos mientras sus rivales –incluso quienes eran superiores a él– cometían errores que les dejaban sin opciones. Luego volvió a verse en la prueba de búlder, en la que se sabía inferior al resto de participantes, y que le ayudó a no hundirse anímicamente a pesar de no resolver ningún problema.

Y finalmente, se apreció de nuevo en dificultad, cuando se mantuvo sereno tanto antes como durante y después de su turno, a pesar de la enorme presión de figurar en el grupo de cuatro escaladores con más opciones de conseguir medalla.

Preparación

Claramente, el excelente resultado de Alberto Ginés responde a su metódica preparación de los últimos años. El extremeño ha protagonizado una irrupción fulgurante en las competiciones internacionales a lo largo de 2019 con 16 años; se preparó en rocódromos de varios países europeos e incluso compartió unos días de entrenamientos con Adam Ondra; y finalmente se clasificó para los Juegos en el preolímpico de Toulose a los 17 años recién cumplidos.

Después de un 2020 frustrante por los problemas con la pandemia, que agravó la situación de falta de rocódromos donde entrenar en nuestro país, y de tener incluso que pasar por el quirófano para operarse un menisco, el trabajo realizado durante 2021 ha sido encomiable. Alberto Ginés ha optado por participar en todas las competiciones internacionales del calendario, tanto de dificultad como de búlder y velocidad en categoría absoluta y Junior. Ha ganado a marchas forzadas la experiencia que le faltaba y ha aprovechado para entrenar en rocódromos de media Europa.

Vale la pena reseñar la figura de su entrenador desde hace años, David Macià, que también es seleccionador desde 2019.

Cinco detalles

Estos son algunos detalles de la final olímpica que, unidos al buen desempeño de Alberto Ginés, pavimentaron el camino hacia el oro.

1. Salida falsa de Colin Duffy

Alberto Ginés y Colin Duffy protagonizaban el duelo a priori más igualado de los cuartos de final en la disciplina de velocidad… así como el más joven. El estadounidense de 17 años había marcado un tiempo una décima inferior al del español de 18 años en la clasificatoria. Ambos sabían que debían exprimirse al máximo para lograr un pase que podía ser decisivo y que prácticamente les aseguraba el segundo puesto en la modalidad. La presión pudo con Colin Duffy, que cometió salida falsa y dejó el camino libre a Alberto Ginés.

2. Lesión de Bassa Mawem

El mejor especialista en velocidad de la prueba, Bassa Mawem, que estableció el récord olímpico en la clasificatoria con 5”45, pasó a la final a pesar de haberse roto el tendón del bíceps en la clasificatoria de dificultad. No pudo participar en la final, pero sí era el número 1 en el cuadro de eliminatorias de velocidad. El primero en beneficiarse de ello fue Adam Ondra, el peor tiempo de todos, que pasó a semifinales. En esa ronda, el checo se encontró con Alberto Ginés, claramente superior a él y que solo tuvo que escalar a su ritmo y sin tomar riesgos para plantarse en la final.

3. Error de Tomoa Narasaki

La final de la disciplina de velocidad era muy desigual. Ninguno de los dos era un especialista en velocidad, pero Tomoa Narasaki tiene un largo historial de tiempos por debajo de los seis segundos e incluso existe un paso en la vía que algunos han dado en llamar el Tomoa Skip. Fue el japonés quien popularizó el hecho de saltarse la tercera presa para ganar en verticalidad. Alberto Ginés había marcado en la clasificatoria un tiempo de 6”32, muy cerca de su mejor marca, por los 5”94 de su rival. Sin embargo, contra todo pronóstico, Tomoa Narasaki resbaló justamente en el Tomoa Skip y cedió la iniciativa y la victoria a Alberto Ginés, que terminó ganando con 6”42.

4. Victoria de Nathaniel Coleman en búlder

La prueba de búlder fue la peor de la final para Alberto Ginés, que terminó en séptima posición. A pesar de ello, se quedó a un solo punto de los tres primeros, que empataban con seis puntos y sobre los que partía con teórica ventaja en dificultad (que después confirmó). El factor determinante en la competición de búlder fue que no la ganaran ni Tomoa Narasaki ni Adam Ondra, los dos únicos campeones del mundo de búlder que había en la final. Lo hizo Nathaniel Coleman y, encima, en segunda posición quedó Mickaël Mawem.

Tomoa Narasaki fue tercero y Adam Ondra fue sexto. Si cualquiera de los dos hubiera ganado, como marcaba la lógica, se hubiera llevado el oro con una amplia ventaja. Incluso quedando segundo en búlder, Tomoa Narasaki hubiera sido campeón olímpico.

5. Top de Jakob Schubert

La clasificación de la final combinada no podía estar más emocionante cuando Jakob Schubert comenzó a escalar la vía de dificultad. Él era el último escalador de la última prueba. Hasta entonces, Adam Ondra marcaba el punto más alto; Colin Duffy era segundo; y Alberto Ginés, tercero.

Las cuentas para la general ofrecían un sinfín de combinaciones. Si Jakob Schubert se caía por debajo de Alberto Ginés: Alberto Ginés oro (21 puntos), Adam Ondra plata (24) y Nathaniel Coleman bronce (24 o 30). Si Jakob Schubert se caía por encima de Alberto Ginés pero por debajo de Adam Ondra: Adam Ondra oro (24), Alberto Ginés plata (28) y Nathaniel Coleman bronce (30). Si Jakob Schubert se caía por encima de Adam Ondra: Alberto Ginés oro (28), Nathaniel Coleman plata (30) y Jakob Schubert bronce (35).

Finalmente, Jakob Schubert sacó su mejor versión, la del dos veces campeón del mundo y tres veces campeón de la Copa del Mundo de dificultad para subir más que nadie, encadenar la vía y ganarse la medalla de bronce, relegando a Adam Ondra fuera del podio y dando el título a Alberto Ginés.

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